El Valle Central de Costa Rica tenía originalmente una abundante cobertura boscosa, típica del piso premontano, en el cual están representadas dos zonas de vida: el bosque húmedo y el muy húmedo premontano (Amador 2003). Sin embargo, esta zona del país ha sido la más modificada, ya que se ubica en zonas con suelos, clima, hidrografía y topografía propicios para la agricultura y el asentamiento de poblaciones humanas, por lo que se ha convertido en el área más desarrollada en términos sociales y económicos (Agüero y Solano 2001). Actualmente, el bosque muy húmedo premontano es una de las zonas de vida con menor área de cobertura boscosa, apenas 8 km2 según un estudio realizado en el año 2000 (Centro Científico Forestal- EOSL-Universidad de Alberta 2002) (Rodríguez y Brenes, 2009)
Las tierras en donde antiguamente se ubicaba el bosque premontano se han destinado a la urbanización y a la agricultura. En el Valle Central la mayoría del área está cubierta por ciudades o campos de cultivo, principalmente café y caña de azúcar. Esto ha ocasionado una pérdida casi total del bosque premontano en estado natural. Según Rodríguez y Brenes (2009): "En el cantón de Palmares, el uso ntensivo que se la ha dado a la tierra con cultivos, principalmente de café, ha dado como resultado que la condición de bosque natural haya casi desaparecido en su totalidad. De los 38 km2 de territorio con los que cuenta este cantón, sólo medio kilómetro cuadrado pertenece al área de bosque, lo que corresponde a sólo el 1.14% de su superficie".
En esta Reserva, así como en otras áreas del cantón de Palmares, la creciente preocupación por la recuperación del bosque y la protección de las fuentes de agua, ha motivado a la comunidad a llevar a cabo varios proyectos de reforestación. Sin embargo, en nuestro país gran parte de los programas de reforestación se han llevado a cabo con especies que no son adecuadas para una zona en particular (García 2003), debido a la ausencia de información básica sobre los ecosistemas naturales nativos, lo que constituye una herramienta importante para la implementación de medidas adecuadas para su conservación efectiva y manejo en un largo plazo, especialmente en áreas reducidas o fragmentadas (Cascante y Estrada 2000). Además, según Flores y Fournier (1983) estudiar con detalle la vegetación y las especies forestales en estos remanentes de los bosques naturales es de interés científico, tecnológico, económico y cultural, ya que esta información puede ser muy valiosa en programas de reforestación, tanto en la región como en zonas aledañas. (Rodríguez y Brenes, 2009)
Bibliografía
Agüero, G. y R. Solano. 2001. Inventario de flora arborescente nativa del Valle Central. Disponible en: www.belen.go.cr/unidad ambiental-floraarborescente.pdf . (abril del 2004)
Amador, S. 2003. Principales problemas ecológicos derivados del crecimiento demográfico y la urbanización. Serie: Problemas ecológicos, No 4. San José, Costa Rica. Editorial de la Universidad de Costa Rica. 40p.
Flores, E., L. Fournier y D. Rivera. 1983. Descripción de un método para el estudio de las especies de árboles del Valle Central de Costa Rica. Rev. Biol. Trop. 31:312-317
García, E. 2003. Bosques de Costa Rica: mucho más que árboles. Serie Problemas Ecológicos N° 2. Editorial de la Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica. 28 p.
Rodríguez, C. y L. Brenes. 2009.Estructura y Composición de dos Remanentes de Bosque Premontano Muy Húmedo en la Reserva Madre Verde, Palmares, Costa Rica. Disponible en: http://www.latindex.ucr.ac.cr/pnsac-09-2009/pnsac-2009-12-13-10.pdf ( mayo de 2012)
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